Dos pequeños consejos a la hora de poner en juego tu virtud

Las personas compulsivamente activas son inestables, las que son adictas a la quietud, indiferentes. Tener un espíritu vivo en medio de la tranquilidad, es la clave.

No seas muy severo criticando los defectos de los demás, no sabes hasta que punto aguantan tus críticas. La virtud se practica, dejando que los demás participen de ella.

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