Haz, pero date tu tiempo

En el Hagakure (página 66) se denosta una práctica, que creo que es necesaria, la de anotar los errores que has cometido, o posibles de estos, en un libro de errores. En este caso, la tira para atrás por ser casi imposible que se de la posibilidad de que no tengas errores.

Pero voy a ir más allá, hace algún tiempo me leí el koan de "la semilla de la práctica del zen", que ahora os pondré:

"Un día, el Maestro Shosan dijo de cierto individuo: "Esa persona es una gran practicante, ¿verdad? Dice que muera de la enfermedad que muera, quiere morir tan tranquilamente como sí estuviera paseando por los alrededores".
Uno de los estudiantes del grupo dijo: "Se limita únicamente a pensar de esa manera: no es la clase de persona adecuada para practicar el zen".
El Maestro dijo: "Incluso aunque sea así, sigue siendo un hombre con la semilla de la gran práctica del zen"".

Pensemos que el fin de un vídeo, el fin de un escrito, el fin de un tatuaje o cualquier cosa que llame la atención es la continuación, en los demás, de nuestras propias ideas, ¿leyéndolo o viéndolo, no estás inspirando a la otra persona, como dice el koan, para que tengas una vida en tal o cual sentido? ¿no estás implementando una semilla tuya en su mente?

¿Es que, acaso, cuando ves una lámina, imagen o tatuaje shunga o lo que inspire esta temática, no estás incitando a que tengan sexo contigo y por lo tanto se está cumpliendo la finalidad de todo ser humano, que es procrear?

En la Guía ilustrada de monstruos y fantasmas de Japón se hace alusión a dos tipos de fantasmas, como dos tipos de sensaciones que transmites a las personas:
->  Yurei:  Que sería la sensación más inmediata después de que hubieras escrito o dibujado, hecho un vídeo, hecho un tatuaje o cualquiera de las sensaciones que se genere (como por ejemplo teñirse el pelo de cualquiera de las formas llamativas) y que representa la sensación inicial que eres capaz de generar en una persona nueva cuando te ve.
->  Shiryo: Que sería la sensación posterior a la lectura o visionado de ese escrito, dibujo, vídeo, tatuaje o hasta cambio del color de pelo, que representa la sensación que eres capaz de trasmitir una vez se ha superado la fase inicial o yurei, que es, ya de por si, una fase bastante importante.

Por lo tanto, independientemente de si has cometido un error en la fase yurei, ¿cualquier imagen, no te aleja más de lo que eres tú, en la realidad? ¿no crees que en la fase shiryo se estará agregando un mensaje que no eres tú, con afán de engañar al que visiona sobre tus cualidades, que engaña al que visiona?

Por eso se considera el visionado compulsivo de imágenes o escritos como engañufla de clases bajas y que tener la imagen de una persona capaz, no te convierte en una persona capaz. A fin de cuentas es cometer un error, aunque, como diga el koan, se tenga la potencialidad de ser esa persona capaz.

Por consiguiente os digo, desde el minuto uno: el que escribe, hace un vídeo, se hace un tatuaje o suscita cambios en su aspecto con mucha rapidez o constancia, es que algo le pasa, que no es adecuado.

Todo esto me lo demostrasteis ayer, vosotros (mi audiencia), cuando hice la prueba escribiendo tantas entradas de seguido.

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