La dualidad y los sentidos

Hoy voy a hablar de una cosa que, a lo mejor, nunca os habéis parado a pensar en ella, el "ser". Para ello os dejaré con una serie de koans que os explicaré a continuación. El primero de ellos se titula "el pato salvaje del Maestro chan Pai Chang".

"En cierta ocasión, paseando en medio de las montañas el Maestro chan Ma Tsu en compañía de su discípulo Pai Chang, vio un pato salvaje volando en el cielo.
-¿Qué demonios es eso? -exclamó el Maestro, señalando con su dedo al pato.
-Es un pato salvaje -respondió Pai Chang.
-¿Hacia dónde irá? -preguntó el Maestro con una carcajada.
-Ya se ha ido -respondió Pai Chang.
Ante esta respuesta, Ma Tsu pellizcó de repente la nariz de Pai Chang con tal fuerza, que éste empezó a gritar.
-Se ha ido... se ha ido -repetía Ma Tsu a la altura de su barba-. ¿Pero todo esto ha sucedido aquí? ¿Qué diferencia ves entre hace un instante y ahora?
Al oír esto, Pai Chang empezó a transpirar con un sudor frío. Desde entonces se Iluminó y alcanzó la budeidad".

Todo es ser, todo somos nosotros, por lo tanto, desde el primer momento que el discípulo percibió por los sentidos que era un pato, ya erraba y lo remarcó diciendo que se iba (proponiendo una realidad inexistente, con una dualidad).

Como bien os he dicho, hay otro koan más, este se titula "el primer principio" y dice:

"Quienquiera que visite el templo de Obaku, en Kioto, verá esculpidas sobre la puerta de la fachada las palabras "El Primer Principio". Las letras tienen un tamaño extremadamente grande, y entre aquellos que aprecian el arte de la caligrafía son unánimemente admiradas como una obra maestra. Fueron realizadas por Kosen hace doscientos años.
Originalmente, el maestro hizo un diseño en papel, a partir del cual habría de ejecutarse, a mayor escala, el tallado sobre madera. Durante todo el tiempo que Kosen empleó en este trabajo, no se separó de él un joven y osado discípulo, el cual había preparado para la caligrafía varios galones de tinta y no dejaba un momento de criticar la obra de su maestro.
"No está nada bien", dijo Kosen después del primer intento.
"¿Qué tal ahora?"
"Muy pobre. Peor que antes", juzgó el pupilo.
Pacientemente, Kosen dibujó las letras una y otra vez, hoja tras hoja, hasta que al fin ochenta y cuatro Primeros Principios se hubieron acumulado, sin merecer aún el beneplácito del exigente discípulo.
Entonces, al retirarse este unos minutos, Kosen pensó: "He aquí mi oportunidad de escapar a su ojo vigilante", y escribió apresuradamente, con la mente libre de toda preocupación: "El Primer Principio".
"Una obra maestra", reconoció el discípulo a su regreso".

Lo que no somos capaces de percibir si está hecho o no está hecho, que simplemente existe, porque sí, es lo que realmente existe.

Pongamos unos ejemplos, con un autor de comedia: https://www.youtube.com/watch?v=rDkBA4KeL9Q
En el primer corto, le dice que si quiere quedar con sus amigas después de decir que les caen bien. Observamos que hay una dualidad producida por sus sentidos, si yo hubiera estado ahí, le hubiera dicho que "yo me caigo bien" o "nos caemos bien". Por supuesto, la locución "caer bien", ya lo indica todo.
En el segundo corto, cuando dice "¿te has acordado de recoger a mi madre?" ha percibido otra dualidad, "recoger-no recoger". En este caso diría "yo, en este caso, creo que las cosas se recogen".
Cuando dice, en el tercer corto, "cariño, ¿has cambiado la contraseña del móvil?", diría "la contraseña se cambia, yo me cambio", ya que sino, estaríamos entrando en una dualidad, a través de los sentidos, de "cambiar-no cambiar" y esa, en concreto, hace daño.
En el cuarto corto, cuando dice que si le ha llegado un extracto de 60€ a las dos de la mañana en servicios, hay otra dualidad, "gastar-no gastar", esta hace daño, especialmente, por los sentidos. Le hubiera dicho: "Yo creo que todo es un continuo".
El quinto corto, cuando dice "¿estás seguro de que no has salido?", se plantea otra dualidad de los sentidos, "salir-no salir" y el tío hace lo que yo haría, tirar a tomar por culo el móvil.
En el último corto, cuando suelta la mujer un "¿la conoces de algo?" en el momento en que se quedan mirándose la otra mujer y el hombre, le da el jaque mate, la dualidad "hombre-mujer" a través de los sentidos, a lo que yo hubiera respondido "todo se conoce de una u otra manera".

En mi vida hay un montón de dualidades, quizá no sean las mejores respuestas contra la dualidad, pero hay que seguirlas intentando.

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