Los tres hilos del espíritu

"Y "Noé engendró tres hijos" (Génesis 6; 10).
Rabí Jiyá dijo a Rabí Judá: "Déjame decir lo que sé de este texto. Un hombre entró una vez en los huecos de una caverna y salieron de ella dos o tres niños juntos que diferían entre sí tanto en carácter como en conducta: uno era virtuoso, el segundo vicioso y el tercero corriente. De manera similar, hay tres hilos del espíritu que revolotean y son tomados para tres mundos diferentes. La neschamá -alma espiritual- emerge y penetra entre las gargantas de las montañas, donde se une al rúaj -espíritu intelectual-. Entonces desciende hacia abajo, donde el nefesch -espíritu vital- se une al rúaj, y los tres forman una unidad".
Rabí Judá dijo: "El nefesch y el rúaj se hallan enroscados, mientras que la neschamá reside en el carácter del hombre, morada que no puede ser descubierta o localizada. Si un hombre tiende a la pureza de la vida, le ayuda en ello una neschamá santa, con la que es purificado y santificado y adquiere el título de santo. Pero si no tiende a la justicia y a la pureza de la vida, solamente está animado por los dos grados néfesch y rúaj, y está desprovisto de una neschamá santa. Más aún, quien comienza a contaminarse es conducido a avanzar en la impureza y está desprovisto de ayuda celestial. Así cada uno es conducido por la senda que él elige".

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