El castigo del incrédulo

"Érase una vez un hombre que se llamaba We Be Yang. Fue con tres jóvenes al bosque y allí preparó el elixir de la vida. Como sabía que no todos sus discípulos creían en el fondo de su corazón en sus creencias, decidió ponerlos a prueba.
Les dijo: "El elixir de la vida está listo, pero no sé si tiene poder, voy a dárselo primero al perro para ver qué efecto tiene".
Se lo dio al perro y éste murió.
Entonces dijo We Be Yang: "¡Qué difícil es preparar el elixir de la vida! ¡Ahora que estaba listo, el perro se muere al beberlo! Ése es un signo de que no se me permite alcanzar la inmortalidad. He dejado a mi mujer y a mi hijo y me he ido a las montañas para poder llegar a comprender las ciencias ocultas. Me da vergüenza volver a casa y prefiero morir".
Luego tomó el elixir de la vida. Apenas le había llegado a la boca, cuando se produjo su muerte.
Sus discípulos le miraron asustados y dijeron: "Se prepara el elixir de la vida para vivir eternamente y, en vez de eso, sólo produce muerte. ¿Cómo es posible?".
Uno de entre ellos dijo: "Nuestro maestro no es un hombre corriente, a lo mejor ha querido poner a prueba nuestra fe".
Él también tomó el elixir de la vida, y también murió.
Los otros dos jóvenes se dijeron: "La cosa está clara, será mejor que nos vayamos".
Y con éstas se volvieron a casa, a comprar dos sarcófagos para los muertos. En cuanto se hubieron marchado. We Be Yang se incorporó e hizo volver a la vida al joven y al perro, y los tres fueron a reunirse con los inmortales. Por el camino se encontraron con los otros dos jóvenes. Cuando les vieron se quejaron de su insensatez, pero su arrepentimiento fue tardío".

Como vemos, la forma en la que "creamos", da unos resultados u otros. Por un lado está la alegoría de la creación de el elixir de la vida y por otro está la creencia en los que te rodean como forma de trascender a una mejor vida.

El libro de las formas nos dice que hay un hexagrama que es todo lineas yin, que paulatinamente vuelve a la vida con la transición de lineas yang. Como se puede comprobar, el maestro a forzado la creencia de los hombres en la fuerza de sus convicciones y su rigidez, para hacerles creer su muerte, y cómo utilizando este principio ha vuelto a la vida filosóficamente (no sé si la fórmula existirá realmente).

Ahora, desde mi experiencia, no hay transición más bella que la de aquellos que después de haber experimentado la rigidez extrema, vuelven a la vida con la ayuda de su sensibilidad.

¡Qué tengáis buen día!

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