Existe una pequeña frase hecha "sobre la virtud moral" en china que dice que: "El hombre superior para estar firme, reparte firmeza. Para estar iluminado, ilumina a los demás". Pues es mi intención arrojar luz sobre el tema de la felicidad, que se ha repetido en muchas ocasiones en mi blog, ahondando en su raíz misma.
Hay un proverbio chino, relacionado con el hexagrama 16, que dice que "cuando menos lo merezca ámame, que es cuando más lo necesito". Conecta con las dos formas de ver el hexagrama: "La felicidad" y "entusiasmo". Si lo pensamos bien, la felicidad tiene que ver con la firmeza y el entusiasmo con la iluminación, ya que cuando estás feliz, eres firme en lo que dices, y cuando estás entusiasmado, tienes las ideas más claras. Por lo tanto, hay que diferenciar entre "la felicidad" y "entusiasmo".
En el Dhammapada ("La atención"; 21 y 22) se dice que "la atención es el camino hacia la inmortalidad; la inatención es el sendero hacia la muerte. Los que están atentos no mueren; los inatentos son como si ya hubieran muerto" y que "distinguiendo esto claramente, los sabios se establecen en la atención y se deleitan con la atención, disfrutando del terreno de los Nobles". Buda hace la misma distinción, entre felicidad y entusiasmo, poniendo en liza el concepto de atención.
Ptahhotep (máxima 8) dice que "si eres un hombre de confianza, que un grande envía a un grande, sé del todo escrupuloso cuando te envíe; transmite en su nombre el mensaje tal como él lo ha formulado, guárdate de forzar las palabras, no sea que enredes a un grande con un grande. Atente firmemente a la Regla, no la sobrepases; el lavado de corazón no debe, ciertamente, ser repetido. No hables en contra de nadie, grande o pequeño: es la abominación de la ka". Como vemos, la atención es necesaria para no meter la pata y deformar el mensaje y ello implica felicidad y entusiasmo.
Los griegos antiguos, como Homero (Ilíada XIII; 237) o Demócrito (732), decían que "el valor nace de la unión de los hombres" y que "sólo cuando hay concordia es posible para las ciudades llevar a cabo las grandes obras y las guerras; de otro modo, no". Vemos aquí un elemento más, la concordia, que se antevé en el sabio egipcio y sigue siendo atención, no distorsión y felicidad y entusiasmo.
La Biblia, en sus Proverbios (19; 3), dice que "la insensatez del hombre pervierte su camino, y su corazón se irrita contra el Señor" o que "la necedad del hombre pervierte su camino y luego en su corazón se irrita contra Yahveh". Vemos aquí, todos los elementos anteriores, más el elemento divino (que en cierto modo puede distorsionar el mensaje original).
El Edda Mayor (Los dichos de Har; 133) dice que "se pregunta a menudo la gente en la sala qué hombres serán los llegados: nadie hay tan bueno que falla no tenga ni tan malo que nunca sirva". Este texto, humaniza los requisitos que se necesitan para todo lo que he dicho con anterioridad.
El Corán (Suras 58;14 y 60;13) dice que "¿no has visto a quienes han tomado como protectores a gente que ha incurrido en la ira de Dios? No son ni de los vuestros ni de los suyos y juran en falso deliberadamente" y "¡creyentes! ¡No toméis como amigos a gente que ha incurrido en la ira de Dios! Desesperan de la otra vida, como los infieles desesperan de los sepultados". Podemos ver que una de las bases del pensamiento es nunca doblarse a los pensamientos del otro. Por lo demás subsume todos los pensamientos anteriores.
La cultura popular habla de estos términos con estas palabras: "A grand salto, grand quebranto" (refrán antiguo). "A gran salto, gran quebranto" (refrán clásico). "Más vale un mal arreglo que un buen pleito" (refrán de izquierdas). "Más vale mal ajuste que buen pleito" (refrán de mi tiempo). "Más vale mal ajuste que buen pleito", "más vale mala avenencia que buena sentencia", "si no hubiera tercos, no habría pleitos", "más vale que haya dos heridos que uno muerto", "más vale un buen remiendo que un mal desgarrón", "más vale una onza de buen tiento que una arroba de talento", "una onza de tiento vale más que una libra de talento" y "piano, piano se va lontano" (refranes clásicos de derechas). "¿Se puede hacer, Padre? ¿Puede un hombre cambiar su estrella?" (frase friki de William Thatcher en "Destino de Caballero"). "Entre los efectos más nefastos de la televisión está el de convertirse en el "canguro" que cuida a los niños de casa" (Luis Rojas Marcos; 303 ideas, 160). "Mas vale mano de juez y dedo de escribano que brazo de abogado", "lo que agosto madura, septiembre lo asegura" y "la tecnología facilita el contacto, la persona lo refuerza" (refranes de derechas-tiempo y píldora nº3 de Alberto Calvo). "Paula Vázquez y Charlie Sheen tuitearon sus números de teléfono" y "en los mangas se promueven los valores de la amistad, la perseverancia y el ganar, valores originarios del bushido que sirvieron a Japón para salir de la recesión de la posguerra, satisfactoria y rápidamente" (@TreceBits y Kirai).
Como vemos, la felicidad y el entusiasmo, seguido de todos sus valores anexos, antes mencionados, dependen del entorno y qué más decir... "¡Santa Palabra!".
Hay un proverbio chino, relacionado con el hexagrama 16, que dice que "cuando menos lo merezca ámame, que es cuando más lo necesito". Conecta con las dos formas de ver el hexagrama: "La felicidad" y "entusiasmo". Si lo pensamos bien, la felicidad tiene que ver con la firmeza y el entusiasmo con la iluminación, ya que cuando estás feliz, eres firme en lo que dices, y cuando estás entusiasmado, tienes las ideas más claras. Por lo tanto, hay que diferenciar entre "la felicidad" y "entusiasmo".
En el Dhammapada ("La atención"; 21 y 22) se dice que "la atención es el camino hacia la inmortalidad; la inatención es el sendero hacia la muerte. Los que están atentos no mueren; los inatentos son como si ya hubieran muerto" y que "distinguiendo esto claramente, los sabios se establecen en la atención y se deleitan con la atención, disfrutando del terreno de los Nobles". Buda hace la misma distinción, entre felicidad y entusiasmo, poniendo en liza el concepto de atención.
Ptahhotep (máxima 8) dice que "si eres un hombre de confianza, que un grande envía a un grande, sé del todo escrupuloso cuando te envíe; transmite en su nombre el mensaje tal como él lo ha formulado, guárdate de forzar las palabras, no sea que enredes a un grande con un grande. Atente firmemente a la Regla, no la sobrepases; el lavado de corazón no debe, ciertamente, ser repetido. No hables en contra de nadie, grande o pequeño: es la abominación de la ka". Como vemos, la atención es necesaria para no meter la pata y deformar el mensaje y ello implica felicidad y entusiasmo.
Los griegos antiguos, como Homero (Ilíada XIII; 237) o Demócrito (732), decían que "el valor nace de la unión de los hombres" y que "sólo cuando hay concordia es posible para las ciudades llevar a cabo las grandes obras y las guerras; de otro modo, no". Vemos aquí un elemento más, la concordia, que se antevé en el sabio egipcio y sigue siendo atención, no distorsión y felicidad y entusiasmo.
La Biblia, en sus Proverbios (19; 3), dice que "la insensatez del hombre pervierte su camino, y su corazón se irrita contra el Señor" o que "la necedad del hombre pervierte su camino y luego en su corazón se irrita contra Yahveh". Vemos aquí, todos los elementos anteriores, más el elemento divino (que en cierto modo puede distorsionar el mensaje original).
El Edda Mayor (Los dichos de Har; 133) dice que "se pregunta a menudo la gente en la sala qué hombres serán los llegados: nadie hay tan bueno que falla no tenga ni tan malo que nunca sirva". Este texto, humaniza los requisitos que se necesitan para todo lo que he dicho con anterioridad.
El Corán (Suras 58;14 y 60;13) dice que "¿no has visto a quienes han tomado como protectores a gente que ha incurrido en la ira de Dios? No son ni de los vuestros ni de los suyos y juran en falso deliberadamente" y "¡creyentes! ¡No toméis como amigos a gente que ha incurrido en la ira de Dios! Desesperan de la otra vida, como los infieles desesperan de los sepultados". Podemos ver que una de las bases del pensamiento es nunca doblarse a los pensamientos del otro. Por lo demás subsume todos los pensamientos anteriores.
La cultura popular habla de estos términos con estas palabras: "A grand salto, grand quebranto" (refrán antiguo). "A gran salto, gran quebranto" (refrán clásico). "Más vale un mal arreglo que un buen pleito" (refrán de izquierdas). "Más vale mal ajuste que buen pleito" (refrán de mi tiempo). "Más vale mal ajuste que buen pleito", "más vale mala avenencia que buena sentencia", "si no hubiera tercos, no habría pleitos", "más vale que haya dos heridos que uno muerto", "más vale un buen remiendo que un mal desgarrón", "más vale una onza de buen tiento que una arroba de talento", "una onza de tiento vale más que una libra de talento" y "piano, piano se va lontano" (refranes clásicos de derechas). "¿Se puede hacer, Padre? ¿Puede un hombre cambiar su estrella?" (frase friki de William Thatcher en "Destino de Caballero"). "Entre los efectos más nefastos de la televisión está el de convertirse en el "canguro" que cuida a los niños de casa" (Luis Rojas Marcos; 303 ideas, 160). "Mas vale mano de juez y dedo de escribano que brazo de abogado", "lo que agosto madura, septiembre lo asegura" y "la tecnología facilita el contacto, la persona lo refuerza" (refranes de derechas-tiempo y píldora nº3 de Alberto Calvo). "Paula Vázquez y Charlie Sheen tuitearon sus números de teléfono" y "en los mangas se promueven los valores de la amistad, la perseverancia y el ganar, valores originarios del bushido que sirvieron a Japón para salir de la recesión de la posguerra, satisfactoria y rápidamente" (@TreceBits y Kirai).
Como vemos, la felicidad y el entusiasmo, seguido de todos sus valores anexos, antes mencionados, dependen del entorno y qué más decir... "¡Santa Palabra!".
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