La sociedad sin cerebro

-Post de FH.
El filósofo español Fernando Savater decía en una entrevista en el periódico El Mundo hace unos meses: "La Iglesia copaba y dictaba el pensamiento. Hasta el siglo XIX, la mayor parte del pensamiento español estaba dentro del marco teológico. La filosofía supone pensar en libertad. Aquí, con el catolicismo, nos ha faltado el ejercicio del libre examen de los protestantes, que impulsa la filosofía".


-Mi comentario.
Hayek decía (Camino de servidumbre; 6) que "ley y justicia formal y normas sustantivas [...] la diferencia entre los dos tipos de normas es la misma que existe entre promulgar un código de la circulación u obligar a la gente a circular por un sitio determinado; o mejor todavía, entre suministrar señales indicadoras o determinar la carretera que ha de tomar la gente" y también decía Rüdiger Bittner (Mandato moral o autonomía; 111) que "la pretensión del argumento no es empírica sino analítica. No es que no se produzcan alguna vez acciones de estas características. Lo es la aseveración de que esta propiedad se encuentra en nuestro concepto de obrar, o la propuesta de concebir así el obrar. Sea que se trate de una aseveración o de una propuesta -una diferencia que no necesita ser tratada aquí- su carácter analítico no la libera del deber de fundamentación. Pues, aun cuando sea analítico que uno sólo puede obrar según leyes autoimpuestas, esto no es obvio".

Partiendo de esta base, la primera frase o "la Iglesia copaba y dictaba el pensamiento" es justicia formal. La segunda frase o "hasta el siglo XIX, la mayor parte del pensamiento español estaba dentro del marco teológico" marca el fin de la norma sustantiva de Dios. La tercera frase o "la filosofía supone pensar en libertad" da a entender otra nueva justicia formal. Por último, la cuarta frase o "aquí, con el catolicismo, nos ha faltado el ejercicio del libre examen de los protestantes, que impulsa la filosofía" indica otra nueva norma sustantiva, la falta de cerebro o anarquía que tanto promulga desde sus libros por no haber un Dios que rija la moral.

Me parecería un chiste de mal gusto si a diario no viese cruzar peatones con el semáforo en rojo (es costumbre en Granada) y coches quemando goma y con la música a tope. Y por supuesto que no fueran noticia, sucesos como este: http://churrianadelavega.ideal.es/.../botellon-fiestas... . Las cuales dicen mucho de la sociedad que nos dejan intelectuales de su catadura y el momento por el que atraviesa el país, que rinde culto a las "galas de Gran Hermano" y a diversos programas del estilo de "myhyv", antes que a páginas en las que se ofrezca un pensamiento más trabajado (como esta de FH). Si fuéramos un poco más analíticos (como trato de ser) otro gallo cantaría.

¡Gracias por el post y buen día!


-COMENTARIOS ANEXOS.
->De acuerdo contigo en la buena idea de mantener la página de FH, a pesar de las dificultades de la editorial.¿ Por cierto sabes cómo va el tema?
->YONo lo sé, simplemente soy usuario de la página, se podría decir que mi trabajo es voluntario, en orden de que repercuta a los demás. Como cualquier editorial de papel de hoy día, supongo que estarán dando el salto a lo digital al estilo de la película de Ben Stiller o "La vida secreta de Walter Mitti" y en el camino se perderán relaciones laborales y se ganarán relaciones más cercanas. Es la manzana de oro que se estila hoy día en España o como decía Aleix Saló (comic "hijos de los 80"), que nos han dado un montón de peces y han tirado la caña.

De todas maneras, en su página tienen una nota sobre lo del concurso de acreedores a la Editorial Globus. Como bien dije una vez la dialéctica friki o de nuevas izquierdas que se estila hoy día por internet es la de aparentar ser o muy mayor o muy pequeño, y al estilo del "calcatrife" (palabra que ya solo es "cale") ir pisando del centro a la periferia a los que hoy día son clase media. Creo que por ello, hoy día, te encuentras desde comentarios excesivamente malos a autenticas joyas (muy valoradas en esta página).

Lo siento, pero es lo más que te puedo contestar sin entrometerme más allá de lo que se conoce, hoy día, como "administración amable".

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