Vox populi vox Dei

"En todos los juicios morales resulta de la mayor importancia examinar con extrema minuciosidad el principio subjetivo de cualquier máxima, para depositar toda moralidad de las acciones en la necesidad de llevarlas a cabo por deber y respeto hacia la ley, no por querencia y simpatía hacia lo que deben producir las acciones. Para los seres humanos y cualesquiera entes racionales creados la necesidad moral supone apremio, o sea, obligación, y cada acción basada en ella ha de representarse como deber, no como un modo de proceder querido ya por nosotros mismos o que puede llegar a serlo. Similarmente a como si alguna vez pudiéramos llevar esto hasta el punto de que, sin ese respeto hacia la ley que se halla vinculado con el temor o cuando menos con la preocupación por su quebrantamiento, y cual una divinidad que hubiera sublimado de suyo cualquier dependencia mediante una coincidencia (inmodificable por haberse convertido en naturaleza nuestra) de la voluntad con la pura ley moral (que, al no poder vernos jamás tentados a serle infiel, bien podría dejar de suponer finalmente un mandato para nosotros), pudiéramos alguna vez llegar a poseer una santidad de la voluntad" (Kant; "Crítica de la razón práctica"; Teoría elemental. Analítica; pag. 169).

"En las palabras "Vox populi vox Dei" hay más sabiduría de la que suele encerrarse hoy en cuatro palabras" (Lichtenberg; 1773-1775, D; 10).

Comentarios