El arte de la mente

Cierto señor acudió a preguntar al Maestro Bankei acerca del "arte de la mente" zen. En lugar de acoger su pregunta, Bankei reprendió al señor diciendo: "Creo que despediste a un estudiante seglar porque no reconociste su valía. ¿Cómo puedes siquiera preguntar acerca del arte de la mente zen?"

Os voy a hablar con claridad del koan, cuando lo leí no lo entendí en absoluto, ahora, con un poco más de perspectiva cultural puedo ver la complejidad de dicho cuento. Mi visión de este cuento es que la gente que acude a las pasiones para explicar con extremos lo que es adecuado merece una contestación adecuada a ellos sin ser borde. Este maestro le contestó en el lenguaje de las pasiones que él entendía, con el otro extremo de la dualidad, pero sin mencionarse a sí mismo, sino a otra persona que había en su entorno, a la cual supuéstamente trató mal.

Este koan, nos enseña a desviar la atención con clase para no contestar a una pregunta de alguien insistente. Cuando la persona en cuestión te venga con una pregunta muy complicada de contestar de primeras, contéstale con una frase breve pero negativa y a continuación hazle pensar (si quieres) y la pasión se estabilizará.

Es como cuando enciendes el fósforo de una cerilla, está, primero, pegará un pequeño explotido, para después estabilizarse. Pues lo mismo pasa con la mente, es como regular el combustible.

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