Algunos tipos de poder

-Post de FH.
POLÍTICA... ¿DOMINACIÓN?
Encontramos esta frase en el libro "El tiempo de la igualdad" del filósofo francés Jacques Rancière (Herder):
"La política siempre tiene que habérselas con una dominación. En mi caso siempre me he esforzado en minimizar la diferencia entre un pasado en el que la dominación habría sido clara, límpida, y un presente en el que se habría disipado (...)". ¿Estáis de acuerdo con esa aseveración y entendéis la política en mayor o menor medida siempre como dominación?


-Mi comentario.
Para contestar si el poder es dominación o está disuelto, acudiré a dos ejemplos algo dispares. El primero de ellos, de Luciano de Samósata ("Relatos verídicos I", 15), dice:

"Cuando llegó su momento, se ordenó así: el ala derecha la formaban los cabalgabuitres y el rey, con los mejores en torno a él. Y nosotros estábamos entre éstos. A la izquierda los lechuguialados. Y en el medio los diversos aliados, cada uno a su antojo.
La infantería eran alrededor de sesenta millones y estaban alineados de este modo: por allí tienen muchas y enormes arañas, mucho mayor cada una que una de las islas Cícladas. A ellas les ordenó el rey que tejieran el espacio aéreo entre la luna y el Lucero del Alba. En cuanto a toda prisa concluyeron su trabajo, se hicieron una llanura, y sobre ella dispuso en orden la infantería. La mandaba Nocturnón, hijo de Serenarco, y otros dos jefes
".

Como se ve, una parte, del pequeño inciso que he puesto, se dedica, en base a una ilusión, a ordenar los temas de disciplina en lo imaginario, que sería el poder, pero este es algo más que coacción, ya que el poder se preocupa de ofertar espacios donde ejercer su influencia, como por ejemplo podrían ser las telas de araña que simularían lo que es hoy internet. Con lo cual, tendríamos una dualidad clara o "poder que disciplina-poder que prepara", solo que aquí solo se llevaría en la imaginación.

Para conocerlo desde el valor de uno mismo hay que acudir al koan zen de "vergüenza y conciencia" y este dice así:

"Existía cierto comerciante que estaba profundamente impresionado por la elevada virtud del monje zen Hakuin. De vez en cuando solía hacer presentes al monje en dinero y en especies.
Dió la casualidad de que la hija del comerciante tuvo un romance con un criado de la familia, del que resultó el nacimiento de un niño. Cuando el encolerizado comerciante pidió una explicación, su hija dijo que había sido embarazada por el monje Hakuin.
El comerciante montó en cólera: "¡Y pensar que durante diez años di limosnas a un diablo de coronilla afeitada como éste!" Tomando al niño en sus brazos, el comerciante se lo llevó directamente a Hakuin. Dejándolo en el regazo del Maestro zen, el comerciante lo increpó y se marchó furioso.
Hakuin no discutió. Empezó a cuidar del bebé como si fuera suyo. La gente que lo veía pensaba que había adoptado al niño.
Un día de invierno, cuando Hakuin estaba pidiendo limosna de casa en casa en medio de una nevada, llevando consigo al niño, la hija del comerciante los vio y se llenó de remordimientos. Sollozando, acudió a su padre y confesó la verdad.
El comerciante, avergonzado, estaba totalmente indeciso. Inmediatamente se arrojó al suelo a los pies del Maestro zen Hakuin, pidiéndole perdón.
Hakuin simplemente sonrió y dijo: "¿Tiene el niño otro padre?"
".

Como se ve, sigue habiendo una dualidad o "poder que disciplina-poder que prepara", encarnada en el comerciante y el maestro zen Hakuin con la hija. El poder que prepara es en todo momento el "no" y ese valor que verdaderamente te ha de sacar de la ilusión de la disciplina. Lo cual es todo lo contrario a lo que dice Luciano, ya que él viene a aseverar que el que prepara es el que te ha de meter en la ilusión o "maya".

No sé muy bien a qué se referirá Rancière, pero creo que estos son los dos ejemplos a seguir en dicha política que ha mencionado.

¡Gracias por el post y la recomendación del libro! ¡Buen día!

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