Los ideales

-Post de FH.
"Nunca moriría por mis creencias porque podría estar equivocado". Lo dijo el filósofo británico Bertrand Russell (1872-1970). Debatimos hoy sobre esto. Porque es muy cierto que no podemos afirmar categóricamente que lo que pensamos nosotros es siempre la verdad y el diferente está en un error. Pero ¿qué pasa entonces con todas esas personas que han dado su vida por sus ideales a lo largo de la historia y las que hoy lo siguen haciendo? ¿Están equivocadas? ¿Existen unos valores claros que marcan el límite de lo correcto? ¿Dónde están? ¿En los derechos universales? ¿Y fuera de ellos hay más?


-Mi comentario.
En la "Suma de Teología" de Santo Tomás de Aquino, en lo referente a la cuestión de "¿qué es y qué comprende la doctrina sagrada?" y su artículo 2 o "la doctrina sagrada, ¿es o no es ciencia?" se dice:

"Objeciones por las que parece que la doctrina sagrada no es ciencia:
1. Toda ciencia deduce sus conclusiones partiendo de principios evidentes. Pero la doctrina sagrada las deduce partiendo de los artículos de fe que no son evidentes, ya que no son admitidos por todos. Ya dice "2 Tes 3, 2: No todos tienen fe". Así, pues, la doctrina sagrada no es ciencia.
2. Más aún. la ciencia no trata lo individual. La doctrina sagrada, por su parte, sí lo hace cuando nos relata hechos concretos de Abraham, Isaac, Jacob y otros. Por lo tanto, la doctrina sagrada no es ciencia.
En cambio está lo que dice Agustín en el XIV De Trinitate: A esta ciencia pertenece solamente aquello con lo que se fecunda, alimenta, defiende y robustece la fe que salva. Esto corresponde sólo a la doctrina sagrada, no a ninguna otra ciencia. Por lo tanto, la doctrina sagrada es ciencia.
Solución. Hay que decir: La doctrina sagrada es ciencia. Hay dos tipos de ciencias. 1) Unas, como la aritmética, la geometría y similares, que deducen sus conclusiones a partir de principios evidentes por la luz del entendimiento natural. 2) Otras, por su parte, deducen sus conclusiones a partir de principios evidentes, por la luz de una ciencia superior. Así, la perspectiva, que parte de los principios que le proporciona la geometría; o la música, que parte de los que proporciona la aritmética. En este último sentido se dice que la doctrina sagrada es ciencia, puesto que saca sus conclusiones a partir de los principios evidentes por la luz de una ciencia superior, esto es, la ciencia de Dios y de los Santos. Así, pues, de la misma forma que la música acepta los principios que le proporciona el matemático, la doctrina sagrada acepta los principios que por revelación le proporciona Dios.
Respuesta a las objeciones. 1. A la primera hay que decir: Los principios de una ciencia cualquiera o son evidentes o quedan reducidos a los que le proporciona una ciencia superior. Estos últimos son los principios propios de la doctrina sagrada tal como se ha dicho (Sol.).
2. A la segunda hay que decir: Los hechos concretos que aparecen en la doctrina sagrada no son tratados como objetivo principal, sino como ejemplo a imitar; así ocurre en la moral. O también para declarar la autoridad de aquellos nombres por los que se nos ha transmitido la revelación divina que es el fundamento de la Escritura o Doctrina Sagrada.
"

Lo primero es que según se ha repetido varias veces Bertrand Russell no era creyente, por lo tanto se rige por el principio del entendimiento natural. Si han dado su vida por unos ideales sagrados, lo más seguro es que no sean olvidados ya que son o tienen posibilidades de ser modelos a imitar; si los han dado por unos ideales científicos, seguro que serán olvidados, ya que lo que cuenta es su visión, no su ejemplo. No se equivocarán si son capaces de ser un ejemplo de vida con ello (cosa que parece que con tanta ética no es importante hoy). Los valores de lo sagrado, como bien os he dicho, y el ejemplo de moral, son los que los demarcan. Por desgracia, los derechos universales no tienen el carácter de sagrados como derechos, pero sí la fuerza que los vivifica, por ello es por lo que es importante llegar a grandes consensos cuando se tocan esas materias. Desde el inicio de la humanidad, en el Gilgamesh, la persona debía de aspirar a la condición de sagrado para vivir como persona libre el día de mañana y la linea entre ello y la heroicidad era muy delgada.

¡Gracias por el post y buen día!

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