Posverdad, ¿es una mentira o es una verdad? Ignorancia

-Post de f & Co.
Nos encanta vuestra compañía para esto de la filosofía. Queremos que se nos note. Compartimos aquí la reflexión de uno de los lectores, David Álvarez, que nos escribió a Te escuchamos: "es posible (y hasta necesario) amar y mentir a la vez. Pero no amar y engañar, es decir, traicionar la confianza por un fin egoísta que se sabe tal. Entonces tendríamos que reducir el amor a política". ¿Qué tal?


-Mi comentario.
Me he quedado pensando por un instante qué es todo lo que quería decir en el artículo, llegué a la conclusión de que es el amor que se estila hoy día: mucha apariencia y poco fondo. Mentir, en sí mismo, está mal, ya que indica la poca calidad de la persona que te habla; la diferenciación que hace con el engañar es falaz, ya que mentira y engaño son lo mismo a efectos prácticos. Cuando menciona a "Don Juan" se olvida por completo del "Don" y se centra en "el Juan", ¿cómo lo sé? Hay un refrán clásico que dice:

"Amor loco, yo por vos y vos por otro."

El amor con el "Don" es un amor cuerdo, no un amor ensimismado, ni tampoco, como dice él, un amor ególatra, porque carece de mentira y engaño.

Presuponer lo que iba a decir Camus, sobre el amor, solo lo convierte en un artículo vano, pródigo en cinismo, pero ya que se ha puesto a hablar del cinismo español, sería cuestión de que echara un vistazo a la obra de Luis Vélez de Guevara, más concretamente en la de "El diablo cojuelo" ("Tranco V"; pags. 45 y 46), sobre este tipo de cinismos sobre la realidad:

"Los estranjeros, habiendo visto callar al Español, estaban muy falsos, cuando el Cojuelo, sentándose mejor y tomando la rropa del viento el turquesco, les dijo:
-Señores míos, mi camarada iba a responder, y a mí, por tener más edad, me toca el hacello; escúchenme atentamente, por caridad. El Rey de España es un generosísimo lebrel, que pasa acaso solo por una calle, y no hay gozque en ella que a ladralle no salga, sin hacer caso de ninguno, hasta que se juntan tantos, que se atreve uno, al desembocar della a otra, pensando que es sufrimiento y no desprecio, a besalle con la boca la cola; entonces vuelve, y dando una manotada a dónde meterse, y queda la calle tan barrida de gozques y con tanto silencio, que aun a ladrar no se atreven, sino a morder las piedras, de rabia. Esto mismo le sucede siempre con los reyes contrarios, con las señorías y potentados, que son todos gozques con Su Majestad Católica; pero guárdese el que se atreviere a besarle la cola; que ha de llevar manotada que escarmiente de suerte a los demás, que no hallen dónde meterse, huyendo dél.
Los estranjeros se comenzaron a escarapelar, y el Francés le dijo:
-¡Ah, bugre, coquín español!
Y el Italiano:
-¡Forfante, marrano español!
Y el Inglés:
-¡Nitesgut español!
Y el Tudesco estaba de suerte, que lo dio por recibido, dando permisión que hablasen los demás por él en aquellas cortes."

Esta es la mentira sobre el "Juan español" que propone, un gozque. El español de casta o "Don" es como el lebrel, que es aquel que va solo por una calle. Que yo sepa, cuando estás con una mujer ésta solo te permite una calle, y solo, si es que vais a hacer algo serio.

Por lo tanto, ser un gozque es ser un loco y un "Juan español"; ser un lebrel es estar cuerdo y ser un "Don español". He ahí la diferencia entre el posmodernismo-posverdad y valores-verdad, que vuestro escritor solo le quita el posmodernismo a la posverdad y la verdad a los valores, dando por válida la historia de mentira dentro de los valores y aceptando la posverdad.

Solo os digo que si vais a seguir a gente como esta caeréis en un error, ya que los ignorantes de la vida solo saben especular.

Lo siento, pero esta es mi forma de pensar, ¡buen día!

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