De la grosería

-Post de f & Co.


-Mi comentario.
En el "Digha Nikaya" (93), de Buda, se dice:

"Existen, oh bhikkhus, algunos samanes y brahmanes, que sostienen la doctrina del nirvana en este mundo, los cuales declaran con cinco argumentos que el supremo nirvana en este mundo es del ser existente. ¿Con qué base, con qué fundamento, aquellos venerables samanes y brahmanes, que sostienen la doctrina del nirvana en este mundo, declaran con cinco argumentos que el supremo nirvana en este mundo es del ser existente?"

La doctrina védica antigua pensaba que los cinco argumentos que debían de darse para la unión con la divinidad (nirvana) partían de la sensualidad y los otros cuatro de los estados que se producían en el yoga más primitivo. Los budistas creen que la grosería viene de la superación de los cuerpos o reencarnación.

Esta doctrina nos la encontramos en "El Sutra del loto" (14. Prácticas pacíficas; pag. 202) cuando dice:

"Y además, Manjushri, si un bodisatva, en la última época, cuando la Ley esté a punto de perecer, acepta y abraza, lee y recita este sutra, no deberá dejar que el engaño, la adulación o la envidia echen raíz en su mente. Ni deberá despreciar o vilipendiar a quienes estudian el Camino del Buda, ni estar pendiente de sus defectos."

Como he dicho, la grosería parte de la sensualidad y ésta va encaminada a los defectos. El ejemplo más claro, que se tiene de la utilización de la doctrina, es en el libro de "Los misterios de la sabiduría inmutable: El arte Zen del manejo de la espada" ("El intervalo en que no se puede introducir ni siquiera un cabello"), de Takuan Soho, cuando dice:

"Existe una cosa tal como un intervalo en el que ni siquiera se puede introducir un cabello. Podemos hablar de esto desde el punto de vista de vuestras artes marciales.
"Intervalo" es cuando dos cosas se ponen una encima de la otra y entre ambas no se puede introducir ni un cabello.
Cuando das una palmada y, exactamente en ese instante, das un grito, el intervalo entre la palmada y el grito no permitirá la entrada de un cabello.
No se trata de dar una palmada, pensar en dar un grito y luego hacerlo, lo que resultaría en que entre ellos habría un intervalo. Das la palmada y, exactamente en ese instante, emites un sonido.
Exactamente del mismo modo, si la mente se detiene en la espada con la que un hombre va a golpearte, habrá un intervalo, y tu acción se perderá. Pero si en el intervalo entre la espada de tu adversario y tu propia acción no se puede introducir ni el grosor de un cabello, la espada de tu adversario será la tuya.
En las discusiones sobre el Zen tenemos lo mismo. En el budismo aborrecemos este hecho de detenerse y de que la mente permanezca con una cosa u otra. A este detenerse lo llamamos aflicción.
Es como una pelota que flota en un río de rápida corriente: respetamos la mente que fluye así y no se para ni por un instante en ningún lugar."

Si la grosería parte de la sensualidad y da a los defectos, lo mismo que en el sexo, gritar en el momento del acto agresivo no es aflicción sino consecución, y no necesitarás tener un cuerpo perfecto ni tampoco una sensualidad exuberante, sino ritmo y voz.

Considero la grosería si esta lleva a la aflicción y a la carencia de ritmo. Luego, sí, es una derrota, pero sobre todo ante las mujeres y los enemigos.

¡Gracias por el post y buen día!

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