De la fatalidad en el Amor

-Post de f & Co.
Charles Baudelaire (1821-1867). Escritor, poeta y crítico francés.


-Mi comentario.
Sobre la fatalidad y su llamada elasticidad como libertad humana, hay unos versos de la "Ilíada" (Canto XII; 460-471), de Homero, que nos dicen:

"y las puertas rechinaron al abrirse de par en par. Ni las trancas
aguantaron, y las hojas se separaron cada una por su lado
bajo el golpe del peñasco. El preclaro Héctor penetró impetuoso,
con el rostro bajo los ojos como la veloz noche; brillaba
el bronce pavoroso que vestía su cuerpo y en las manos dos lanzas
empuñaba. Nadie que le hubiera hecho frente lo habría detenido,
excepto los dioses, cuando traspuso las puertas; sus ojos fuego
llameaban. Se revolvió hacia la multitud y arengó a los troyanos
para que asaltasen el muro, y ellos hicieron caso de su arenga.
Al instante, unos traspasaron el muro y otros por las propias
fabricadas puertas penetraron como riada; y los dánaos huyeron
entre las huecas naves, y el bullicio se hizo insondable."

No hay fatalidad más grande que cuando las puertas de algo seguro se abren permitiendo una invasión, por eso quien tiene y posee (Héctor) ha de bajar el rostro como si no viera (Noche) y ha de elegir entre dos éticas, su fuego interno es parecido al de las divinidades arengándose a los demás a que asalten la ciudad, siendo que el bullicio acaba con la gente estática (dánaos).

¿Qué es lo que nos dice Platón?

En "El Banquete" (pag. 44) se dice:

"Si, por ejemplo, con motivo de un padre, te preguntase si es o no padre de alguna cosa, tu respuesta, para ser exacta, debería ser que es padre de un hijo o de una hija; ¿no convienes en ello?
-Sí, sin duda, dijo Agatón.
-¿Y lo mismo sería de una madre?
Agatón convino en ello.
-Permite aún, dijo Sócrates, que haga algunas preguntas para poner más en claro mi pensamiento: un hermano, a causa de esta misma cualidad, ¿es hermano de alguno o no lo es?
-Lo es de alguno, respondió Agatón.
-De un hermano o de una hermana.
Convino en ello.
-Trata, pues, replicó Sócrates, de demostrarnos si el Amor es amor de nada o si es de alguna cosa.
-De alguna cosa, seguramente.
-Conserva bien en la memoria lo que dices, y acuérdate de qué cosa el Amor es amor; pero antes de pasar adelante, dime si el Amor desea la cosa que él ama.
-Sí, ciertamente.
-Pero, replicó Sócrates, ¿es poseedor de la cosa que desea y que ama, o no la posee?
-Es probable, replicó Agatón, que no la posea.
-¿Probable?, mira si no es más bien necesario que el que desea le falte. En cuanto a mí, Agatón, es admirable hasta qué punto es a mis ojos necesaria esta consecuencia. ¿Y tú qué dices?
-Yo, lo mismo."

En el Amor, al igual que quien tiene y posee (Héctor) dos lanzas, se ha de ver si se es hijo o hija desde el punto de vista del padre o de la madre, y si se es hermano o hermana, luego si es amor de algo o de nada, si posee la cosa a quien ama o no, siendo que normalmente no se posee, en cuyo caso puede ser una desgracia si no se mira el "ego" (que como ya hemos convenido, es Apolo Zeus y tiene una memoria "me" recta en el interior o dedo meñique, con una independencia del sueño o "yo mismo" en el exterior o dedo anular). Por eso es por lo que la gente recta se auto-destruye con el bullicio como en la Noche.

Como bien he dicho antes, quedan en segundo plano sellos como el de Visnu, en el cual se ve la calidad de un cerebro (ciruela y cereza), ya que las cualidades no conectan con el sueño y se tiene una memoria recta de preeminencia, que no es influenciable por cualquier característica externa, ya que por eso se dice, en prácticamente todos los lugares a los que se va, que "el amor es ciego". Ciego es porque solo tiene ojos para la memoria, no teniendo ojos para la energía y la consciencia, solo para la mente, siendo que es un amor torpe que tiende a la extinción (de ahí que, antiguamente, se dijera que el onanismo te volvía ciego).

Eso es lo que veo de la fatalidad, y su elasticidad como libertad humana.

¡Gracias por el post y buen día!

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