Creencias

Ayer fue un día diverso, en el que las creencias de base que tengo, quedaron patentes. Me desperté después de haber estado durante 3 horas hablando con la mujer de mis sueños, y acto seguido me volví a ella y no la abandoné en toda la mañana. Sin desayunar nada, me dirigí a la comida de mis familiares y en el camino quedé con un amigo que tenía algún que otro problema.

Bueno, la cosa no termina ahí, encaminándome hacia el fin del almuerzo con mis familiares, volví a hablar otra hora por teléfono con mi amada. Todo era como en una nube de algodón de azúcar, inclusive al final de la tarde, cuando me dirigía a la cita que tenía con mis amigos, la noche sería intensa, a partir de ese momento. Para aquél entonces ya había escrito ayer.

En un lugar popular de la juventud, nos hallábamos el que me había citado y otro amigo más que es infinitamente paciente. La noche comenzó con ganas de solventar los problemas del primero, le recomendé un par de trucos que ya han aparecido en este blog a él, y él hacía como si oyera, todo después de haber estado acosando a una mujer insistentemente para tener relaciones sexuales con ella. Como no hacía reacción y estaba nítidamente convencido de su imperiosa forma de tratar las cosas, me puse grave, hablé con el corazón y con la cabeza, le dije lo que buenamente podía sobre su desastrosa forma de tratar a la gente, las mujeres y los negocios, al mismo tiempo que comíamos una pizza. En aquél momento me tocó un trozo de plástico en la pizza (sinceramente no me lo esperaba), mi amigo (al que le estaba diciendo las cosas) se levantó y yo me levanté y nos encaminamos a dirimir cuentas con los del establecimiento. Dejé que hablase él, y soltó una mentira sobre la situación, ya que dijo que esta era la 3ª vez que nos tocaba un trozo de plástico en la pizza, desde que veníamos, lo cuál era falso, a lo que ante semejante mentira y puesta en duda de mi honor, le dije que eso era falso, pero él trató de sacar tajada económica de lo que había dicho. Pero ya se había levantado la libre de que eso era un bulo, y lo tomaron por tonto. Volvió con la cabeza baja y con gesto compungido, como si le hubieran dado un golpe, pero no lloró ni sintió desesperación, tiró de orgullo e intentó convencer a mi otro amigo de que su acción era correcta. La noche siguió y me puse casi en plan monólogo a ver si él sacaba algo de arrepentimiento de todas y cada una de las acciones que llevaba hasta la fecha y terminé con un "eres un gorrón", cosa que era cierta, ya que todos los amigos le habían invitado (especialmente yo) por su pobreza los últimos 9 años, sin que hubiese algún signo de arrepentimiento o mejora. A lo que cogió indignado y se fue haciéndonos un corte de mangas, especialmente a mi, parecía que se iba pero se escondió en el baño, después salió y me puso infinidad de audios que no he escuchado, por Whatsapp, salió, finalmente, del local y estuvo esperándonos a que saliéramos nosotros para abordarnos.

Fue ahí el momento en el que decidí, tras unos segundos de conversación, coger un taxi y volverme a casa, que tras haber pagado yo la comida, andaba flojo de dinero. Fue ahí cuando el taxista se apiadó de mí y me perdonó una deuda de escasamente un euro y poco (¡ole sus huevos!). Pero la cosa no acaba ahí, de camino a mi casa, se me cruza un perro peligroso y me engancha por la pierna atrás, tirándome al suelo, llega su dueño, le riñe y salgo por patas.

Todavía en shock por aquella noche, me tomo 1 minuto para relajarme, y tras ese minuto me pongo a hablar con mi amada la experiencia, y a resumirla en menos de un minuto. El resto de la noche hasta las dos, fueron conversaciones por teléfono, acarameladas y con mucho romance, para alcanzar el culmen de la noche.

Esta mañana me he levantado machacado, he practicado yoga, tarde y mal debido a los golpes que me di al caer al suelo, la poca y convulsa ingesta de alimentos que llevo de ayer a hoy. Aunque haya adelgazado 500 gramos, he tenido poco sueño pesado (casi dos horas y media) y poco sueño ligero (seis horas y media), me he levantado tarde. Mientras aspiro vapor de cedro y hago memoria, aplicándome relajantes musculares, os digo que no hubiera salido indemne del día si no hubiese algo que lo cohesionase todo.

Estas son las creencias, a diferencia del que era mi amigo, que es un gorrón, ávaro, mentiroso y buscalíos, que se ha criado prácticamente entre gritos y malas vivencias, y cuyo corazón está endurecido por las malas vivencias, yo me he criado con un padre y una madre que me han sabido acompañar en todos y cada uno de los momentos de mi vida, que siempre que han tenido un problema en el trabajo o en cualquier otra cosa, no lo han hecho extensible a los hijos y no ha pasado de una mención en pareja con una sonrisa para rebajar la tensión, en todo momento hemos ido con las cosas claras, con buenas reflexiones y con el menor agravio posible a la gente. Todo esto, en los primeros 7 años de vida, se queda impreso en la mujer y los hijos, y si no eres capaz de hacer que la pareja funcione en estos términos te saldrán hijos como el que ha salido con mi amigo, problemáticos y dolorosos de corazón, un franco fracaso para los que tienen a su alrededor y a ellos mismos (independientemente de su condición).


No te críes con frases como "la vida es dura, es sufrimiento" porque te saldrán auténticos chalados mentales. En vez de decir cosas como las que os he puesto, preocúpate, como mi padre, de servir una tapa de queso antes del almuerzo, ya que si la vida es dura, qué menos que tener los huesos duros y la cabeza lo más segura que puedas, vestir con buena ropa (el perro no fue capaz de atravesar con sus colmillos mis vaqueros gruesos de hace 10 años) y no andar preocupando a todos por lo que haces y lo que dejas de hacer.

Mi amigo decía que iba con la verdad por delante, ya os he relatado su visión y los hechos que me traen a hoy, esta es una cosa más que hay que tener en cuenta.

Lo que creas se hará realidad, si un discurso duro no te hace reaccionar, no mires a la otra persona como alguien que te quiere quitar de en medio, sino mírate a ti mismo en tu fracaso, lo mismo en lo que crees está desnaturalizado y te está destruyendo poco a poco. Tener una base sólida de creencias, desde pequeño, es la diferencia entre fracasar con una mujer a las dos palabras (o con quien sea), o que te ponga un mensaje todos los días queriendo saber de ti.

Na mana'o, mahalo.



Comentarios