Los libros soberbios que representan campos de sangre

-Post de f & Co.
«Un científico debe tomarse la libertad de plantear cualquier cuestión, de dudar de cualquier afirmación, de corregir cualquier error.»

-Robert Hoppenheimer (Físico estadounidense).

https://tienda.filco.es/…/experimentos-de-ciencia-improbabl…


-Mi comentario.
Cuando me pregunto por esta clase de libros, acudo a "La magia del orden: Herramientas para ordenar tu casa... ¡Y tu vida!" (pags. 51 y 52), de Marie Kondo, cuando dice:

"Empieza bien
Te levantas con todo el ánimo para organizar, pero antes de que te des cuenta el sol ya se ha ido y tú apenas has avanzado. Sobresaltado, ves la hora y empiezas a hundirte en el remordimiento y la desesperación. Y ¿qué es lo que traes en las manos? Es muy probable que sea uno de tus tebeos favoritos, un álbum u otro objeto que te trae buenos recuerdos.
Mi consejo para empezar a organizar no por habitación sino por categoría (juntar todas las cosas afines de una vez) no significa que debas empezar con cualquier categoría que quieras. El grado de dificultad que implica seleccionar qué conservar y qué desechar varía enormemente según la categoría. Por lo regular, mucha gente se queda atascada a la mitad del proceso porque empieza con las cosas sobre las que les cuesta más trabajo decidir. No conviene que los principiantes comiencen con cosas que traen recuerdos, como las fotos. Las cosas de esta categoría no solo suelen existir en mayor volumen que cualquier otra, sino que nos presentan muchas más dificultades para decidir si las conservamos o no.
Además del valor físico de las cosas, tres factores añaden valor a las pertenencias: función, información y apego emocional. Cuando se añade el elemento de rareza, se multiplica la dificultad para elegir qué eliminar. A la gente le cuesta trabajo deshacerse de cosas que aún podrían usar (valor funcional), que contienen información útil (valor informativo) o con lazos sentimentales (valor emocional). Cuando estas cosas son difíciles de conseguir o restituir (rareza), se vuelven aún más difíciles de desechar.
El proceso de decidir qué conservar y qué desechar será mucho más sencillo si empiezas con objetos sobre los que es menos difícil decidir. A medida que avanzas hacia las categorías más difíciles, irás perfeccionando tus habilidades para tomar decisiones. La ropa es lo más fácil, pues su valor de rareza es extremadamente bajo. Por otro lado, las fotografías y las cartas no solo tienen un alto valor sentimental, sino que son únicas; por lo tanto, deben dejarse para el final. Esto ocurre de manera particular con las fotografías, pues suelen aparecer al azar mientras se ordenan otras categorías, y en los lugares más inesperados, por ejemplo entre los libros y los papeles. La mejor secuencia es: primero la ropa, luego los libros, papeles, objetos varios (komono), y por último los objetos y los recuerdos sentimentales. Este orden también ha demostrado ser el más eficiente en cuanto al nivel de dificultad para la posterior tarea de almacenamiento. Además, apegarnos a esta secuencia afina nuestra intuición respecto a los objetos que despiertan alegría en nuestro interior. Si puedes acelerar drásticamente la velocidad del proceso de toma de decisiones con solo cambiar el orden de lo que desechas, ¿no crees que vale la pena intentarlo?"

Cuando veo un libro como este, no lo compraría de primeras porque es más que ropa, es más que libro, son como apuntes, habla de objetos varios (komono) y yendo a la sinopsis tiene valor sentimental, luego es un libro muy esclavo y puede ser una rareza. Por eso es por lo que hay que dudar de libros como este.

Hay un "proverbio japonés" que nos habla de esto, dice así:

"Sawaranu kami ni tatarinashi"

O:

"No hay maldición del dios al que no molestas."

Su explicación la encontramos en el "Hagakure" (pag. 84), de Jocho Yamamoto, cuando se dice que:

"Uesugi Kenshin dijo: "Yo jamás he sabido lo que es ganar desde el principio hasta el final; solamente he comprendido que es necesario no estar nunca por debajo de la situación, y eso es lo importante. Es lamentable que un samuray no esté a la altura. Si no nos encontramos jamás por debajo de las circunstancias, nunca tendremos por qué sentirnos molestos"."

Cuando veo un libro así, me pregunto, ¿quién está por encima? ¿el libro o yo? ¿es realista comprarme un libro que no voy a poder aprovechar?

Sin embargo, se dice en un "refrán español" lo siguiente:

"Agua que no has de beber, déjala correr."

En la Biblia ("Evangelio según San Juan" 13;1-20) se dice:

"Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.
Llega a Simón Pedro; éste le dice: "Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?" Jesús le respondió: "Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora; lo comprenderás más tarde." Le dice Pedro: "No me lavarás los pies jamás." Jesús le respondió: "Si no te lavo, no tienes parte conmigo." Le dice Simón Pedro: "Señor no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza." Jesús le dice: "El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos." Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: "No estáis limpios todos."
Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros.
"En verdad os digo:
no es más el siervo que su amo,
ni el enviado más que el que le envía.
"Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura:
El que come mi pan
ha alzado contra mí su talón.
"Os lo digo desde ahora,
antes de que suceda,
para que, cuando suceda,
creáis que Yo Soy.
En verdad, en verdad os digo:
quien acoja al que yo envíe me acoge a mí,
y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha envidado.""

Lo único que no se debe de traicionar en el cristianismo son los sentimientos, por eso es campo de sangre (Judas Iscariote) lo que es escuchado por uno mismo como seguro (Simón Pedro) y se comprende más tarde o simplemente es una exageración, aunque puede haber excepciones, como lo que es el caso de la Biblia en lo seguro (Pedro), que es negarla por completo, lo cuál no se puede hacer. Quien es un campo de sangre en estos términos (Judas Iscariote), es que se alza por lo bajo siendo probablemente malo.

Este libro es una rareza, pero creo que no de las buenas, porque va hacia los extremos desde el sentimiento, y encima está por encima de ti. Aunque diga cosas sorprendentes es la palabra de él contra la mía, y eso es angustioso.

Por eso, aunque no lo niegue, no compraría este libro, porque está francamente por encima de las posibilidades de experimentación que tengo y es campo de sangre.

¡Gracias por el post y buen día!

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