Un hombre que merece mi más sincera admiración: Juan Rivano

-Post de f & Co.
El compromiso con la libertad fue uno de los rasgos del filósofo chileno Juan Rivano. Lo fue antes y después del golpe militar de 1973, que le cambió la vida: fue perseguido, despedido de la Universidad de Chile, encarcelado y finalmente exiliado en Suecia donde murió en 2015. Había nacido el 24 de junio de 1926. Este es un perfil de su trayectoria a partir del libro, Miradas sobre la filosofía de Juan Rivano, escrito por quienes fueron sus discípulos y amigos.

https://www.filco.es/juan-rivano-filosofia-marginal/

-Mi comentario.
El texto que habéis puesto es sumamente polémico, cuando dice:

"A su regreso, la Universidad de Chile –institución que debía haberle abierto sus puertas de inmediato reconociendo su aporte al pensamiento nacional e internacional– complicó su retorno a las cátedras con innecesarios requerimientos burocráticos que la dignidad de Juan Rivano le impidió aceptar."

Un hombre de su categoría, que ha estudiado a los cínicos y el mundo chino, debería de saber que este mero acto ya lo retrata como:

1) Cínico, por estos "Diálogos" (XXI. Menipo y Cerbero) de Luciano de Samósata:

"MENIPO. Cerbero, puesto que somos parientes, ya que tú también eres un perro, dime, por la laguna de Estigia, ¿cómo se comportaba Sócrates cuando bajó aquí entre vosotros? Porque es natural que tú, siendo un dios, no sólo ladres, sino que hables también como las personas, cuando quieras.
CERBERO. Mientras estaba lejos, daba totalmente la impresión de que se acercaba con rostro impasible, parecía que no temía en absoluto a la muerte y que quería ponerlo así en evidencia ante los que estaban fuera de la entrada. Pero una vez que se agachó al interior del abismo y vio la oscuridad, como yo le mordí y le arrastré por un pie en vista de que todavía se retrasaba por el efecto de la cicuta, se puso a gritar como los niños y a llorar por sus hijos, manifestando toda clase de sentimientos.
MENIPO. Entonces, ¿era un hipócrita y no despreciaba de verdad la realidad de su muerte?
CERBERO. No, desde luego, pero cuando vio que la muerte era ineludible, aparentemente se tranquilizó, como si no fuera a sufrir con desgana lo que de todos modos tenía que sufrir, con el fin de conseguir la admiración de los espectadores. Resumiendo, yo podría decirte de todos los individuos así que son audaces y valientes hasta la puerta, pero su conducta una vez dentro constituye la auténtica prueba.
MENIPO. Y en cuanto a mí, ¿qué impresión te hice cuando bajé?
CERBERO. Tú eres el único, Menipo, que llegaste con la dignidad propia de tu linaje, y Diógenes antes que tú, pues no vinisteis obligados ni a empujones, sino de buen grado, riendo y mandando a los demás a paseo."

Aquí podemos observar una norma de cínicos cuando no se sabe muy bien cómo eres, referida al "refrán español" de:

"Por la boca muere el pez."

La dualidad mal hecha por un cínico es la de "honor-cobardía", puesto que serías un pez en la boca de un perro, la bien hecha es la de "honor-despreocupación". Cuando un cínico entra a lugares como internet, ya no es un cínico, es alguien más del conjunto, luego Juan Rivano quiso no rechazar su cinismo al entrar en ese supuesto cementerio de elefantes que pintáis vosotros como las instituciones chilenas.

2) Maestro zen, por el koan de "El ideograma de la mente":

"Un viejo monje escribió el ideograma chino que simboliza "mente" en la puerta, en la ventana y en la pared de su pequeña casa. Fa-yen pensaba que estaba mal y lo corrigió diciendo: "La puerta debe tener la letra de "puerta", y la ventana y la pared también deben tener la letra que les corresponde". Hsüan-chüeh dijo: "Se sabe que una puerta es una puerta sin necesidad de poner una letra, así que la ventana y la pared no necesitan ningún signo".

Muy pocos chinos o japoneses te dirán la norma por la cuál se escriben sus costumbres, pero en Japón se dice de la calificación de las cosas con el "proverbio japonés" de:

"Kiji mo nakazuba utaremai"

Que se traduce oficialmente como:

"Al faisán que gorjea se le dispara."

La dualidad mal hecha es la de "honor-mente", como el faisán que gorjea, luego, después, hay un paso intermedio, como un Menipo, que es "honor-puerta", y por último está el paso que te convierte en maestro zen, que sería un paso final al estilo Diógenes, que es el de "honor-vacuidad", que sería la corrección zen.

Cuando haces mal la dualidad te quieren encumbrar en el saber, luego pasas por una etapa en la que todo te da igual pasas a ser correa de transmisión, para, finalmente, identificar las cosas de manera indiferente a lo que eres. Juan Rivano de joven hubiera aceptado como el Sócrates ante el Cervero, si la dictadura no hubiese durado nada, impondría sus normas, pero como le pilló en estado iluminado el Estado chileno le puso trabas pensando que era un completo inútil como al principio.

Sus libros, solo por esto, deben de ser altamente interesantes, porque según me contáis ha logrado fundir algo que no he conseguido yo en el pasado, la filosofía cínica con la zen, y que hoy día sigo intentando.

¡Gracias por el post y buen día!

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