¿Obligación o devoción?

Hay algo que no se me ha escapado en este tiempo, y esto es que las penas en verano se solventan nadando, por eso dice el "refrán de izquierdas" que:

"Al mal año
entra nadando."


Estos días he estado enfermo del estómago, que unido a los accidentes que he tenido, los estudios y la, a veces, poca suerte de cara, he tenido, por narices, que quedarme aquí a escribir. Nadar o bucear por internet y los pensamientos es muy propio, pero en cuanto pueda haré por bajarme a la piscina o irme a la costa un par de días o tres.

Precisamente la verdad de hoy ("Palabras de verdad" de 1945), de Mahatma Gandhi, nos dice:

"El hombre de mundo comprende tan poco del universo como un pececillo incapaz de sondear los abismos del océano."

Es así, este tiempo es, pues, hasta que me pueda escapar de esta carga, tiempo de pensar y adentrarse en lo profundo del pensamiento (aunque apetezca bien poco).

Pensar, por negación o por devoción, es lo que toca este tiempo.

¡A más ver! Y gracias por vuestra fidelidad.

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