La media racha

"Son hombres demoníacos los que ejercitan excesivas obscenidades contrarias a la Suprema Sabiduría, llenos de soberbia y orgullo, dirigidos por sus pasiones y deseos; son hombres que pretenden eliminar su propio cuerpo y al hacerlo me dañan a Mi que habito en ellos. La naturaleza distinta de satva, rajas y tamas hace que, según predomine en el hombre uno u otro, el alimento preferido por él sea distinto y de triple especie, como lo es el sacrificio, el ascetismo y la ofrenda.
El hombre en quien predomina sattva, tanto en su mente como en su cuerpo, gusta de todo lo que favorece la vida, la fuerza interna y externa, la mente, la vida y su cuerpo físico, el placer y la felicidad; gusta también de todo lo que es agradable y dulce.
El hombre dominado por rajas gusta del alimento acido, ardiente, aspero y amargo, el cual origina la enfermedad y los trastornos mentales.
El hombre dominado por tamas gusta del alimento frío, impuro, corrompido, de los residuos alimenticios dejados por otros, como lo hacen los animales.
Un sacrificio es sattvico si se ofrece sin ansia de obtener un provecho personal y se ejecuta de un modo justo y pensando únicamente en el sacrificio que se ofrece.
Un sacrificio rajásico si se ofrece para obtener un provecho personal o para vana ostentación, ¡oh, excelente Bharata!
Un sacrificio es tamásico cuando se ofrece incumpliendo la ley justa, cuando carece de ofrenda, de formulas mágicas y de fe.
La ascética propia del cuerpo consiste en adorar a Dios, al guía espiritual, al sabio, al que ha nacido dos veces, a la moralidad, a la castidad, al respeto de la vida y a la mansedumbre.
La ascética de la palabra consiste en no dañar con la palabra a nadie, en decir siempre la verdad, en producir con nuestra palabra el bien y la felicidad, en el estudio de los divinos libros.
La ascética propia de la mente consiste en poseer un espíritu alegre y tranquilo, suave, en cultivar el silencio, el dominio de sí y la purificación de las pasiones" (Bhagavad-Gita "El yoga de la división según los gunas" 5-16).

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