¿"Más vale malo conocido que bueno por conocer"? Categorías clásicas de la verdad y mentira como bien y mal

-Post de FH.
Johann Kasper Lavater (1741-1801):
¿Igual de malo ser un optimista impenitente que un pesimista contumaz?


-Mi comentario.
Creo que no es un problema de pesimismo u optimismo, sino más bien de confianza. Artemidoro de Daldis, en su "El libro de la interpretación de los sueños" ("Libro II"; Personas dignas de confianza, 69), decía que:

"Entre las personas denominadas dignas de confianza, a quienes es preciso creer y obedecer, cuando afirman algo, digo que el primer puesto lo ocupan los dioses. Ciertamente, el mentir es una acción extraña a una divinidad. Después están los sacerdotes, los cuales reciben los mismos honores entre los hombres que los dioses. A continuación los soberanos y los gobernantes, pues "el hecho de dominar tiene la fuerza de un dios". Luego vienen los padres y los maestros, ya que éstos son similares a los dioses; los unos porque dan la vida, los otros porque enseñan cómo se debe utilizar. Después están los adivinos, pero de entre ellos hay que confiar en los que no son farsantes y falsos adivinos, pues cuando dicen los pitagóricos, los fisiognomistas, los que adivinan mediante astrágalos, mediante un queso o una criba, los que interpretan según las formas del cuerpo, los quiromantes, los que se sirven de recipientes y los nigromantes, todo eso hay que considerarlo falso y carente de fundamento. Ciertamente, sus técnicas son tales y no tienen ni idea del arte mántica, pero embaucando y engañando despojan a los que hallan en su camino. Sólo queda como veraces los pronósticos emitidos por los que analizan los sacrificios y los vuelos de las aves, los que adivinan a través de las estrellas, los descifradores de prodigios, los intérpretes de sueños y los que analizan el hígado de las víctimas. De los astrólogos que hacen horóscopos hablaremos más adelante.
Además, entre las personas dignas de crédito están también los muertos, ya que sin duda dicen la verdad. Los mentirosos engañan por estos dos motivos: o porque esperan o porque temen algo. Pero, es lógico, que quienes no tienen esperanzas ni sienten miedo digan la verdad. Los muertos son los que sobre todo representan tal circunstancia. Por supuesto, también los niños dicen la verdad, pues no saben todavía ni mentir ni engañar. Igualmente los que son muy ancianos, puesto que el carácter fidedigno se demuestra por su vejez. Asimismo, los animales irracionales dicen absolutamente la verdad debido a que no están instruidos en los métodos del lenguaje. Todos los demás, para no enumerar uno por uno, mienten en cuanto dicen, con excepción de las personas cuya vida merece confianza a los ojos de todos y son honestas por sus costumbres. En cambio, la gente del teatro y los que se suben a un escenario, por el hecho mismo de que representan un papel ficticio, son inadmisibles para todos, y también los maestros de retórica, los pobres, los sacerdotes de Cibeles, los castrados y los eunucos. Estos últimos, aunque no digan nada, anuncian que las esperanzas son falsas porque, por naturaleza, no pueden contarse ni entre los hombres ni entre las mujeres.
"

Por lo tanto, para Kaspar igual que Artemidoro, todo lo que tenga que ver con la biología y la física, para arriba en importancia, es verdadero o va bien, la filosofía o pitagorismo, sería mentira o va mal. Pero también, dependiendo, si está relacionada con alguien muerto (circunstancia), alguien que no tenga esperanzas o tema (también circunstancia), los niños, los muy ancianos, los animales irracionales y las personas honestas por sus costumbres y vida son verdaderos o van bien. Al contrario, en el caso de que sean gente del teatro, maestros en retórica, los pobres, los curas afeminados y los que no hacen uso de su masculinidad o feminidad son mentirosos y malos.

Esta forma de ver el bien y el mal fuera de la magia, es piedra angular de los que tratamos de comprender el mundo.

¡Gracias por el post y buen día!

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