Filosofía del teclado al corazón

El día de hoy ha sido un día espeso en el contenido y relajado en las formas. Observando el río que tanta filosofía me ha traído estos años, he llegado a la conclusión de que la filosofía y yo vamos tan indisolublemente unidos que se hace difícil diferenciar cuándo empiezan mis pensamientos y terminan mis escritos.

Me he dado cuenta del poder de las palabras de cómo fluyen en mí y de la energía que tengo, en estos momentos, en los que estoy tecleando con los ojos cerrados (expresión no metafórica). Es grato sentirse uno con un pensamiento y con una forma de vida, aunque esta sea humilde, pero la ocupación filosófica es el más excelso de los saberes y se me hace grato verlo así.

¿Qué es la fortaleza?

Este es el mayor interrogante que tendré que responder en mis días, puesto que todo parece fuerte y sin mancha, cosa contraria a la dinámica que ha asimilado mi vida en estos momentos de pasión e incertidumbre.


¡Buen día!

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