Filosofía de la verdad del matar y de la muerte

-Post de f & Co.
Y más en relación con el "post" anterior. Lo rescatamos del blog de Irene Lozano en www.filco.es: "El Diccionario Oxford ha definido 'posverdad' como la circunstancia en que 'los hechos objetivos tienen menos influencia en formar la opinión pública que las apelaciones a la emoción y las creencias personales'. Significa que no existe una realidad compartida, que todos podamos reconocer como tal, sino que todo consiste en quién tiene la fuerza para imponer su relato". ¿Miedo, no?
https://blogs.herdereditorial.com/…/el-lenguaje-en-la-era-…/


-Mi comentario.
Me gusta en gran medida esto otro que dice Marina Garcés, en la "Nueva ilustración radical" (1. Condición póstuma; "La catástrofe del tiempo", pags. 29 y 30), cuando nos advierte:

"Como Baudrillard intuía, el simulacro ocultó el crimen. Nos impidió, así, pensar que la muerte que hoy aceptamos como horizonte pasado y futuro de nuestro tiempo no es la de nuestra condición mortal, sino la de nuestra vocación asesina. Es el crimen. Es el asesinato. Así lo entendió la escritora austríaca Ingeborg Bachmann, autora de obra y de vida inacabadas, que nunca confundió la finitud humana con la producción social de muerte, de "modos de matar" (Todesarten es el título general de su ciclo novelístico). No en vano había estudiado filosofía y había hecho su tesis doctoral, en plenos años cuarenta del siglo XX, contra la figura y la filosofía de la muerte de Heidegger. Tras abandonar la filosofía como disciplina, Bachmann trasladó su investigación a la palabra misma, despojada de todo academicismo, y su confianza a la posibilidad de encontrar, aún, una palabra verdadera. Una de estas palabras verdaderas, que cambia el sentido de la experiencia de nuestro tiempo, es precisamente la palabra "asesinato". Con ella termina la novela inacabada de Bachmann, Malina. Desde la verdad a la que nos expone esta palabra, podemos decir con Bachmann que no nos estamos extinguiendo, sino que nos están asesinando, aunque sea selectivamente. Con este giro, con esta interrupción del sentido de nuestro final, la muerte ya no se proyecta al final de los tiempos, sino que entra en el tiempo presente, muestra las relaciones de poder de las que está compuesta y puede ser denunciada y combatida. El tiempo de la extinción no es el mismo que el del exterminio, como tampoco lo son el morir y el matar."

Hay dos frases frikis que denotan la diferencia entre extinción y asesinato, o morir y matar (1ª-Westley en "La princesa prometida"; 2ª-Carl Denham en "King Kong"):

"Como desees."

Cuando pronuncias esta frase en términos de morir, estás viendo las cosas como en un videojuego, realmente no matas a la persona, sino que matas al espíritu de la persona (todo lo contrario de lo que señalé una vez por aquí con los japoneses).

"Fue la belleza lo que mató a la bestia."

Se recalca el hecho confuso de que es la belleza la que se mata, pero no el individuo, matan tu espíritu y a eso es a lo que llaman posverdad.

El hecho de que no haya más filósofos y que la verdad sea una de cada uno y a disposición del más fuerte espiritualmente, se debe a cosas como los videojuegos de los 90ª en adelante. La posverdad nace de la necesidad de que tu espíritu esté por delante en tus necesidades asesinas, camuflando el exterminio con la extinción de este modo. Por ello es por lo que ciertas nociones sobre guerra y armas entre la población, sin el hecho de llegar a la guerra, son necesarias.

Aún más necesario es el hecho de intentar dar auténticos pasos en este aspecto por aquí, porque no se pueden negar los videojuegos, lo mismo que el mercado de lo espiritual, que existe hoy día, puede estar más que trucado. Hay que mojarse y enseñar principios desde aquí, ya que la verdad no puede ser dejada de la mano de Dios a la destrucción de los que están hueros de humanidad.

Esa es mi opinión al magnífico artículo que habéis puesto.

¡Gracias por el post y buen día!

-COMENTARIOS ANEXOS.

->f & Co.: Un título y una autora de lo más interesante. Le seguimos la pista, pero gracias por recordarlo, X.

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